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lunes, 16 de mayo de 2011

RESTAURANTES QUE ME GUSTAN: TRES MACARRONS


lunes, 07 de febrero de 2011 15:19 Pau Arenós. El Periódico.

Maresme reverdecido

Chelo Reche en compañía de su hijo, Miquel Aldana, y su marido Joan
Tresmacarrons. Es un chiste: esos tres macarrones tutelares son las tres estrellas Michelin. Atrevimiento, o un desafío. Puede que solo los comensales afrancesados comprendan la chanza. Otros decidirán que es un elogio a la pasta y al minimalismo. La familia Aldana, propietarios de Tresmacarrons, todo junto, juega con la ambigüedad. «La gente habla, ya me va bien», concluye el chef, Miquel, instruido por Jordi Vilà, la sonrisa taimada. La broma termina aquí: la casa es seria.


Situado en un lugar extraño e hiperrealista, en un párking desde el que se otea el mar del Masnou, Tresmacarrons es una propuesta moderadamente clásica en la línea de El Vellard, en Caldes d'Estrac, la salita de Rubén Calvo, condiscípulo de Miquel Aldana.


El maestro de ambos es Nandu Jubany, del que se croniqueará la próxima semana. Las manos de Miquel están cruzadas por quemaduras, ese tatuaje que identifica a los chefs duros de la escuela Jubany. No hay lugar para las calcomanías.


En la sala, de excelente interiorismo, manda Joan, padre de Miquel, que fue alto cargo de un banco, concentrado en que los gurmets les den crédito. «La coordinación del lenguaje cocina-sala es difícil», liquida Joan, adaptándose al oficio. A los números, la madre, Chelo Reche.


Entre la botellería, elijo el Parvus 2008, un syrah de Alta Alella. Estamos en el Maresme, bebemos el Maresme, aun con uva extranjera.


Panecillo de Triticum, de Cabrera: sí, estamos en el Maresme. El primer plato es un panegírico de la comarca, la colina que se escurre con suavidad hacia el oleaje con un añadido exótico, inquietante y armónico: guisantes con chipirones y, en el caldo, briznas de coco.
«El sabor del guisante me recuerda el coco y la zanahoria. Casan bien», aclara Miquel. Camino de lo dulce.


Los guisantes pequeños y crujientes, juveniles, cultivados por Marc Pruna. En Tresmacarrons demuestran devoción por este hombre verde: piensan inundar con él unas tierras para cultivar un arroz maresmenc, marismeño.


Miquel tiene buenas manos, que arden, para la gramínea.
El arroz con espardenyes, arroz de Jubany, a su vez, arroz de Pere Bahí, es espectacular. Seco –le sobra cebolla, que al tener consistencia de mermelada no afecta al grano–, sabroso, ah, las espardenyes, en su punto, tan difícil. Deberían de recuperar el de calamar, más barato.


Un tartar estupendo con piñones («¿por qué no? Recuerdos a resina»). Y unos garbanzos con col y cansalada para pactar con la cocina de anticuario.
El academicismo brinca con la liebre a la royal con membrillo, desmenuzada en una cazuelita: serían estupendos unos trocitos de coca para untar.
El postre es un desafío de ácidos: naranja, pomelo, jengibre, limón.


A la salida, la hiperrealidad del párking, que descoloca. Tiene una lectura política: el Maresme corre el peligro de convertirse en un aparcamiento.

TRESMACARRONS
Avinguda del Maresme, 21. El Masnou (Maresme).
Tel. 93.540.92.66.
Precio medio (sin vino): 35-40 €

sábado, 14 de mayo de 2011

ALBONDIGAS CON SEPIA. COMO NO!!

Ingredientes:

12 albóndigas
1 cebolla grande, a trocitos
1 sepia mediana, limpia, (sin la tinta pero con la salsa) , cortada a cuadraditos
Vasito de vino blanco
1 l. de fumet de pescado, de marisco o agua 
un puñadito de guisantes congelados
Sal y pimienta de molinillo

picada: 12 avellanas, 1 ajo crudo, perejil

Poner aceite de oliva en una cazuela (en la que cocinaremos todo) y freír las albóndigas. Retirarlas y reservarlas.
En el mismo aceite (si es demasiado descartar un poco) sofreír la cebolla hasta que esté bien blanda. Echar la salsa de la sepia (ese mejunje marrón que tiene tan mal aspecto pero que da un gusto tan increíble!), cortándo la bolsa con unas tijeras encima de la cazuela para no desperdiciar ni un poquito. Darle unas vueltas y entonces, poner la sepia. Sofreír todo junto. Echar el vasito de vino blanco.  Dejar reducir. 
Echar las albóndigas fritas, los guisantes y el fumet o agua. Salpimentar teniendo en cuenta que las albóndigas ya estarán saladas. Tapar y dejar cocer hasta que esté hecho. 
Justo antes de apagar, echar la picada. Dejar que de un hervor destapado para que se reduzca un poco mas el líquido.
Servir, aunque estará mucho mejor al cabo de unas horas de reposo. 

para escuchar mientras : Mediterráneo, Joan Manuel Serrat
para beber durante       : Marqués de Alella Classic








HOLA, QUE HAY ALGUIEEEN????

Bueno, aquí estoy. Hacía falta otro blog de cocina? Seguro que no pero…
Me encanta cocinar. Creo que ésta pasión me la contagió mi madre, que nos acostumbró a comer tan bien que es difícil bajar el listón. Lo bueno de aquellas comidas, como las de ahora, era y es reunirse a una mesa con la familia, buenos amigos y una buena comida. Pertenecemos a ese grupo de personas, que reunidas para comer, ya están hablando de la siguiente vez que se reunirán para comer.
Alguno de los mejores ratos que yo puedo contar, pasan por estar planeando los platos que vamos a preparar con mis hermanas, cocinando un sábado desde bien pronto por la mañana. Un placer!
Pero también adoro cocinar sola. Déjate de malos rollos, ponte la música que te gusta, sírvete una copa de vino blanco bien frío y ponte a cocinar, tranquilamente en tu casa, haciendo las cosas sin prisa… Esta es, para mi,  la mejor manera de sacudirte de encima las, entre oreja y oreja, nubes bajas.
Comenta, pide, quéjate, pon todos los comentarios que se te pasen por la cabeza.
Vamos a ver si lo disfrutamos!